jueves, 4 de mayo de 2017

COMO SALIR DE LA TORMENTA MENTAL

 

3 sencillos pasos para salir de la tormenta mental y fortalecer tu atención

Nuestra sociedad moderna ha instaurado la era del déficit de atención, un reinado de estrés, ansiedad y depresión que nos está llevando a extremos de enfermedad y tristeza nunca antes registrados. Una epidemia según la OMS.
A pesar de este oscuro panorama, todos podemos regresar a un estado original de salud física y claridad mental a través de sencillas prácticas avaladas por la ciencia.
La presencia es una de esas habilidades fundamentales que debemos desarrollar si queremos salir de la preocupación patológica por ese pasado que ya no está y por ese futuro que tal vez nunca llegue.
La buena noticia es que desarrollar la presencia no requiere de ninguna habilidad que no poseamos ya, sino que trabaja con virtudes que todos tenemos y que pueden ser amplificadas.
“Cuando el pensamiento cesa, se revela la luz del ser.” 

La Tormenta Mental:

Llamamos tormenta mental a ese penoso estado mental que surge cuando recurrimos, una y otra vez, a los mismos patrones neuróticos: la mente rumia acerca del pasado o se preocupa compulsivamente por un futuro que pintamos como terrible, convirtiendo al presente en un rehén de nuestros delirios y distorsiones.
Cuando el momento presente queda estrujado en este caos de pensamientos retorcidos, anulamos nuestras capacidades cognitivas naturales (imaginación, memoria, observación, concentración, atención, discernimiento, resolución de problemas, creatividad, intuición…) y activamos una respuesta biológica de protección que detiene multitud de funciones orgánicas.
Es muy importante tener claro que durante la tormenta mental nuestra mente no está buscando soluciones ni planeando estrategias que nos ayuden a cambiar todo aquello que nos sume en el agobio y la opresión interior. Se pierde, salta de pensamiento en pensamiento como un mono saltaría de rama en rama y nos agota, pero no soluciona nada.
Operando desde esta reactividad impulsiva, la mente carece de profundidad. Nos perdemos en la tormenta que tiene lugar en la superficie y olvidamos que las aguas profundas de la mente están en calma. Para encontrar esa quietud solo tenemos que sumergirnos. Cuando reunimos el coraje para lanzamos en las aguas turbulentas, accedemos al sosiego del momento presente.

Aquí y ahora

Percibir la realidad como un remanso de paz interior o como un caos de sufrimiento y desasosiego es el resultado del estado interior que experimentamos en el momento de percibir nuestra realidad.
Si observamos desde el miedo, nuestra biología activará una respuesta de amenaza. Si observamos desde la seguridad, la aceptación, la confianza y la curiosidad, activaremos una respuesta de desafío, que nos permite reunir nuestros recursos y operar óptimamente.
Nuestra percepción del presente, de lo que surge en este momento que sucede ahora, es la clave de nuestra transformación personal.

La Regla del Momento

La Regla del Momento es una sencilla estrategia que hemos diseñado para ayudarte a:
    • Observar y reconocer tu tormenta mental.
    • Salir de la tormenta mental.
    • Tomar conciencia de tus necesidades.
    • Plantear soluciones reales que puedes implementar aquí y ahora.

Esta sencilla práctica consta de los siguientes pasos:

PASO 1: Observa la tormenta… y respira

El punto de partida es darnos cuenta de la tormenta mental por la que estamos transitando. De sus características y sutilezas (rumiación del pasado, miedo al futuro, sensaciones incómodas…).
No es tan sencillo darse cuenta de esto. Cuando la tormenta mental nos arrastra, rápidamente perdemos el norte de nuestras sensaciones, nuestros pensamientos y nuestras emociones.
Para recuperar nuestra habilidad natural de auto-observarnos lúcidamente disponemos de un fabuloso recurso: nuestra respiración. Respirar pausadamente es la herramienta de transformación más poderosa que poseemos.
La tormenta mental nos hará respirar de forma acelerada. El nivel de dióxido de carbono en el torrente sanguíneo cambiará, provocando que la amígdala dispare estados emocionales de miedo y ansiedad.
Al respirar de forma pausada y profunda, entramos en un estado hipometabólico en el que la sangre se vuelve menos ácida, lo que permite que la amígdala interprete que no hay amenazas acechándonos y calme su reactividad. Además, las puertas que bloquean el nervio vago, el nervio craneal más largo, se abren, indicándole al cerebro que podemos permitirnos descansar y restablecer todas nuestras funciones cognitivas y orgánicas.
La premisa es simple: una respiración calmada trae calma. Nos sentimos físicamente relajados y mentalmente conscientes. Podemos observar con claridad.

PASO 2: evalúa tus opciones actuales

Una vez que has mirado cara a cara a la tormenta y has respirado pausadamente, podrás divisar la luz que se esconde tras los nubarrones.
Es el momento de preguntarte:
¿Qué puedo hacer aquí y ahora, en este momento, para que mi experiencia presente sea más plena?
Mientras respiras, tómate un momento para volverte consciente de tus necesidades más inmediatas y de todo aquello que puedes hacer para ocuparte de ellas.
No se trata de buscar opciones que transformen nuestra vida de un plumazo, sino de pequeños detalles (un abrazo, escuchar una melodía agradable, un paseo por la naturaleza, un vistazo al cielo, una breve meditación, saborear una deliciosa fruta…) que podemos emprender aquí y ahora poniendo toda nuestra atención.
Una vez que has encontrado una o varias respuestas, escríbelas en un papel para que tu cerebro pueda enfocarse más eficientemente.

PASO 3: actúa

Una vez que hemos obtenido claridad mental debemos emprender la acción diestra.
Cuando la tormenta mental distorsionaba y falseaba la realidad no podías proceder sabiamente, pero has cambiado eso. Ahora ya sabes lo que puedes hacer. Has considerado tus opciones y las has anotado. Ahora, actúa.
Nuestro cuerpo-mente responde fantásticamente a estos pequeños gestos transformadores, liberando multitud de sustancias que favorecen la integridad de nuestra red psicosomática.

De la tormenta a la calma

A medida que nos volvemos íntimos con nuestra vida interior y nos mantenemos atentos al momento presente, el único del que disponemos, las nubes grises de la tormenta mental comienzan a abrirse. Nuestras reacciones automáticas, nuestras distorsiones mentales y nuestros patrones de comportamiento habituales se van disipando. Y encontramos la luz que siempre estuvo ahí, escondida tras la negrura de la tormenta.
Estrés, miedo, ansiedad o preocupación compulsiva surgen de nuestra actitud ante la vida, no de la vida en sí misma.
Es nuestra forma de relacionarnos con lo que sucede, nuestro estado de atención, lo que nos trae la paz o el agobio. Cuando aprendemos a relacionarnos con lo que sucede de forma diferente y ponemos a trabajar las habilidades que teníamos desatendidas, la tormenta mental se calma y la plenitud emerge.
La práctica de la presencia nos ayuda a relacionarnos con nuestra realidad de forma más objetiva, atenta y resiliente. Conectamos con la vida desde una nueva luz.
Si observar y transformar tu estado presente te resulta un desafío, prueba a mejorar tus habilidades de concentración, observación y atención a través del Reto de Mindfulness que te ofrecemos de forma gratuita (click aquí).
Estas virtudes ya están en ti, solo tienes que desarrollarlas con perseverancia y práctica continuada.
Autor: Jorge Benito
Autor del libro Educar para Sanar y creador del Reto de Mindfulness, que sienta las bases teórico-prácticas de todos los ejercicios y estrategias ofrecidas en Mindful Science, Jorge actualmente colabora en el desarrollo de una nueva tecnología de retroalimentación cardiorrespiratoria que codifica y analiza las señales del cerebro y el corazón, y que pronto estará comercialmente disponible para todo el mundo.


Fuente: https://www.mindfulscience.es

http://shekinahmerkaba.ning.com

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