lunes, 2 de enero de 2017

Metafísica: CLASE 48 - REALIZACIÓN DEL ETERNO AHORA. Por Alexiis.


Cada día escoge uno de estos decretos, lo repites tres veces durante la meditación o simplemente te relajas y lo lees en la mañana al levantarte.

Cópialo en un papelito y lo llevas en tu cartera, para decirlo a cualquier hora del día que te sobre un tiempito. Lo importante es practicar el decreto en toda ocasión que se presente:

1. En el día de HOY te saludo, te reconozco y te bendigo, Magna y Todopoderosa Presencia de Dios YO SOY y Cristo Radiante. Te invoco a la acción. Te entrego el mando de este día, para que todo en Él sea armonioso y perfecto.

2. HOY yo confío en el Gran Poder de Dios que suaviza las asperezas y abre todas las puertas; por lo cual, nada en el día de HOY es imposible.

3. HOY, quito al temor todo el poder que, en otro tiempo, le dí. No lo acepto más. Yo realizo la confianza en mí mismo, y en la vida, en lo bello y perfecto, y espero lo mejor.

4. HOY YO SOY la Fe que mueve montañas. Rechazo lo que busque perturbarme. Sé que nada es imposible con el Poder de la Presencia en mí. Abro mi mente a caminos mejores y a bellas oportunidades.

5. HOY YO SOY la Renovación y me siento renovado. Transmuto los viejos patrones, conceptos y formas de vivir que ya no sirven y los suelto definitivamente. YO SOY el Poder Transmutador de la Llama Violeta en Acción.

6. HOY realizo la Verdad que me hace libre en cualquier ocasión que la vida me presente. HOY YO SOY la Verdad en mente y corazón.

7. HOY practico el Orden Divino y lo demando para toda condición inarmoniosa que yo contacte. No voy a fijar la atención en cada negativo ni imperfecto. Lo transmuto en la condición opuesta de Bien y Perfección, por medio de la Llama Violeta. Declaro al instante: Aquí hay Orden Divino YO SOY el Orden Divino manifestado en esta situación con equilibrio y paz.

8. HOY realizo la perfección del Bien

9. HOY me concentro en el momento presente para hacer bien mi trabajo y las cosas que están a mi cuidado. Trato de realizarlas lo mejor posible y esto es suficiente.

10. HOY practico el Amor Divino y siento que Él irradia a todas partes.

11. HOY estoy en paz y contenta. YO SOY el Logro Victorioso de la Paz en Mí. Mis sentimientos y pensamientos están en Paz y yo vivo en paz con el mundo exterior.

12. HOY controlo el Poder de la Palabra. No me mezclo en chismes, críticas ni censuras. Digo solamente lo que he de decir y aprendo a escuchar. Expreso el Bien, procuro que mis palabras sean de sabiduría, pues conozco el poder del Verbo Creativo. Uso mi lengua en positivo y estoy alerta.

13. HOY, YO SOY la Esperanza Radiante que abre luminosos caminos.

14. HOY actúo sin prisas ni apuro. Reconozco que el tiempo de Dios es perfecto y que todo se puede realizar armoniosamente, con tranquilidad y equilibrio.

15. HOY YO SOY la Perseverancia y la Paciencia que me fortalecen.

16. HOY declaro que no me interesa el pasado y que todo eso lo olvidé.

17. HOY, bendigo el Cristo Puro y Perfecto en cada persona que contacte, lo reconozco y lo invoco a la acción, para que manifieste la Verdad y la Perfección en todo Ser.

18. HOY, me mantengo sereno. Bendigo el Bien en toda situación inarmoniosa y decreto que quiero ver el Bien manifestado.

19. HOY YO SOY una Antorcha de Llama Violeta y sé que todo lo que viene a mí es para ser transmutado.

20. Declaro y decreto que, en el día de HOY todo está cubierto. Yo realizo el Eterno Presente. Mañana será otra vez HOY. Mi mundo contiene todo. YO SOY la Provisión Divina manifestada y tengo cuanto preciso en el momento presente.

21. HOY YO SOY la aceptación consciente de la Gran Provisión Universal, manifestada en mi mundo. YO SOY la provisión Divina manifestada y tenga cuanto preciso en el momento presente.

22. HOY envuelvo en Llama Violeta y transmuto para SIEMPRE todo concepto de limitación y escasez, Bendigo la Provisión Divina manifestada y tengo cuanto preciso en el momento presente.

23. HOY YO SOY la liberación de la Llama Violeta en acción, consumiendo todo lo que no sea el Bien y la Perfección.

24. HOY, doy las gracias por la Vida y cuantas cosas me han sido dadas, oportunidades y caminos. Gracias, Amada Presencia! Gracias Poderosos Seres de Luz!

EL PODER DE LAS PALABRAS

El poder de las palabras no radica en su significado superficial sino en sus cualidades ocultas. Toda palabra, por ejemplo, encierra a la vez conocimiento e intención. Estas dos cualidades son mágicas. La magia del conocimiento es que en unas pocas sílabas es posible reunir muchas capas de experiencia - de hecho, toda una historia.

Todas las palabras más ricas del idioma abren pasadizos secretos de significado y conocimiento. Pero la segunda cualidad de las palabras, la intención es todavía mas poderosa. Un padre expresa intención, cuando le dice a su niño que coma, camine y duerma. Ha sido a través de estas palabras como todos hemos aprendido funciones importantes, pero ahora que las conocemos, ya no necesitamos de ellas. Ya no nos decimos a nosotros mismos que debemos comer, caminar o dormir. La intención de la palabra ha sido interiorizada y lo único que necesitamos es algo que nos la recuerda ("Creo que me iré a dormir"), para que se produzca el resultado esperado.

¿Realmente es acertado decir que esto es un conjuro? Sí, porque una vez que se absorbe la intención de una palabra, se crea un conjuro en forma de huella mental. La palabra "escuela" inmediatamente desencadena en toda persona la experiencia de los años escolares. El buen estudiante evocará las asociaciones de éxito y alabanza, mientas que el mal estudiante verá imágenes de fracaso y crítica.

Toda nuestra vida está metida dentro de nosotros en forma de huellas que son activadas por las palabras. Los mortales estamos envueltos en palabras, de la misma manera en que las moscas quedan atrapadas en la tela de araña. Sólo que en su caso son a la vez araña y mosca, porque se aprisionan dentro de su propia tela.

No cabe duda de que todos utilizamos nuestras propias palabras para establecer los hábitos que permiten que la vida continúe inconscientemente. Nos identificamos con los nombres y los rótulos; éstos, naturalmente son palabras. Pero ¿cuáles palabras nos permitirán romper los viejos hábitos y liberarnos de las identificaciones restringidas? Si toda palabra imprime una huella en la mente, ¿acaso son limitantes todas y cada una de las palabras?

La paradoja de las palabras es que se deben utilizar para crear disciplina y entrenamiento. Caminar, hablar, leer, todas ésas son funciones de las cuales carece un bebé. La madre y el padre deben encargarse de educar al niño acerca de las cosas del mundo, lo cual hacen por medio de palabras.

El problema es que las palabras también tienen significados psicológicos. A través de las palabras los padres hacen que los niños se sientan bien o mal, buenos o malos. Las expresiones más poderosas que cualquier persona puede utilizar son el "si" y el "no". El efecto de estas dos silabas puede levantar fronteras o eliminarlas. Todo aquello que creen que puedes hacer lleva un sí encerrado en alguna parte, generalmente pronunciado por un progenitor o un maestro en el pasado lejano. Todo aquello que crees que no puedes hacer, lleva un no escondido, proveniente de las mismas fuentes.

Aunque las palabras nos dicen quienes somos, de todas maneras somos más de lo que ellas pueden expresar. Independientemente de cuán poderoso sea el conjuro de las palabras, las personas pueden cambiar. El poder de las palabras puede crear algo nuevo, no sólo un límite.

La magia de nuestro Libre Albedrío nos permite decir sí a las cosas a las cuales nos han enseñado a decir no. Debemos crear un mundo de significados completamente nuevos, para reemplazar los viejos con los que hemos crecido. Pero aquí hay un misterio más profundo. Las palabras encierran a la vez conocimiento e intención; por lo tanto, enmarcar una intención en palabras es el primer paso para cerciorarse de que se haga realidad. Dos buenos ejemplos de esto son la oración y la afirmación. Afirmar cosas como "soy bueno" o rezar a Dios diciendo "permite que me cure" son actos que van mucho más allá de la simple expresión verbal de un pensamiento.

Siempre que una palabra está respaldada por una intención, entra en el campo de la conciencia en forma de mensaje o petición. El universo está siendo notificado de que tenemos un determinado deseo. No se necesita más que eso para que los deseos se hagan realidad, porque la capacidad de ejecución de la conciencia universal es infinita. Todos los mensajes son escuchados y atendidos.

Sin embargo, enviamos nuestros deseos al campo esperando una respuesta, pero generalmente los mensajes son confusos y enredados. Aunque jamás se hace caso omiso de una intención, puede haber obstáculos para su realización considerando la cantidad de conflictos que se encierran en ella, todos los conflictos presentes en el corazón humano.

Hay que reconocer que todas las intenciones producen un resultado. Enviamos constantemente intenciones al campo, pero de manera inconsciente. Nuestros deseos son aleatorios o repetitivos u obsesivos, todo lo cual no es más que desperdicio de energía.

Los humanos suponemos que tenemos que trabajar para hacer realidad nuestros sueños, cuando la verdad es que la mayor parte del trabajo que nos ufanamos de realizar nos impide realizar nuestros sueños, porque cuanto menor es el esfuerzo, mejor. Debemos aprender a pensar de una manera más ordenada, consciente y eficaz. Para hacerlo, es necesario eliminar primero los hábitos de pensamientos que obstaculizan la capacidad del universo para hacer realidad los deseos.

Imaginemos que la mente es un transmisor de radio con el cual bombardeamos el campo con mensajes. Si nos sentamos en silencio a observar la menta, nos daremos cuenta de que está llena de señales contradictorias. Dudamos acerca de las cosas que deseamos; tampoco estamos totalmente seguros acerca del tipo de persona en que deseamos convertirnos.

De la misma manera, la mente está llena de repeticiones inútiles. Se calcula que el 90% de los pensamientos que tiene una persona en un día son los mismos del día anterior. Esto se debe a que somos criaturas de costumbre, preocupación y obsesión. Por último, la mente está llena de estática inconsciente, la cual se remonta hasta las profundidades mismas de la memoria infantil. Es probable que prestemos atención únicamente a nuestros pensamientos conscientes, deseados, pero en el fondo la mente inconsciente vive martillando sus esperanzas frustradas, sus viejos temores y deseo - en otras palabras, todas aquellas cosas que aparentemente no se hicieron realidad en el pasado.

Las intenciones son simples deseos y los deseos van ligados a las necesidades. Por lo tanto, toda esa actividad de la mente que no se satisface, se compone de viejas "necesidades" insatisfechas. Miles de veces hemos pensado "quiero" o "deseo" o "espero" sin que pase nada, y si pasa, ocurren cosas menos deseables.

Nuestro pensamiento debería ser una corriente transparente, pero es como una guerra, deberíamos poder barrer nuestro cerebro, pero todo lo que hay en Él somos nosotros. Nos hemos convertido en todos sesos conflictos rancios, repetitivos, y ellos no desaparecerán sino cuando cambiemos.
El primer paso hacia el cambio es el "reconocimiento". Reconocer que al menos unas cuantas esperanzas y unos cuantos deseos sí se han hecho realidad en nuestra vida. Una persona nos ha llamado justo cuando necesitábamos hablar con ella; nos ha llegado ayuda de donde menos la esperábamos; nuestras oraciones han sido escuchadas. Todo eso sucede en el campo. Cuando tenemos una intención y la enviamos al campo de la conciencia universal, en realidad estamos hablando con nosotros mismos en otra forma. Como remitentes del mensaje somos individuos que vivimos aquí, en el tiempo y el espacio. Pero también somos los destinatarios del mensaje en nuestra calidad del YO Superior que domina sobre nuestra identidad espacial y temporal. Y, más aún, somos también el medio del mensaje, la conciencia pura misma

Con el fin de vernos verdaderamente, debemos reconocer que poseemos estos tres aspectos: remitentes, destinatarios y medios. Hay muchas variaciones de este tema: somos el deseo, quien desea, y quien concede el deseo. Somos el observador, le observado y el proceso de observar. Este triple estado se conoce como unidad. Así enviar una intención al campo y recibir una respuesta no es algo que exija esfuerzo. En nuestra naturaleza unificada, lo "único" que hacemos es cumplir nuestras intenciones; ese es nuestro oficio de tiempo completo. No existe un solo pensamiento que no produzca un resultado.

El problema es que todos pasamos por alto los resultados demasiados sutiles, que no se acomodan a nuestras metas inmediatas o no coinciden con aquello que, según nuestro ego, debería suceder. Vivimos en el mundo que debería y el que tal si.

Cuando aprendamos a acallar la mente y a desintoxicarla de todos sus conflictos de vieja data, se revela ante nosotros la realidad simple del funcionamiento, del universo - LO QUE ES. Debemos dedicar un poco de tiempo todos los días a tomar nota del contenido de nuestra mente. Este acto de tomar nota, aunque muy simple, es uno de los pasos más poderosos para efectuar el cambio. No podemos cambiar lo que no vemos.

Es probable que a nuestro ego no el agrade admitir que está lleno de negación, conflicto, intenciones contradictorias, vergüenza, culpa y todas las demás confusiones que obnubilan a la mente y le impiden ver la realidad de LO QUE ES. En efecto, el ego se enorgullece de su capacidad para ocultarnos esas cosas, so pretexto de evitarnos el sufrimiento que experimentaríamos al ver nuestros errores, faltas y pecados.

El segundo paso es aprender a "hacer realidad nuestras intenciones". Los pasos son completamente naturales, pero es preciso aprenderlos. Hagamos que el ego se aparte y se lleve consigo todas sus expectativas y esperanzas. En lugar de sentir que necesitamos controlar el resultado de nuestra intención, sintamos la seguridad de que el campo hará el trabajo por nosotros. Liberemos nuestra intención dentro del campo de lo eterno; cuanta más amplia sea nuestra conciencia, más clara será la señal transmitida.

Por último, hay que tomarse todo el proceso con "tranquilidad y naturalidad". Cuando todos estos pasos converjan, nuestra intención entrará en el campo de la conciencia, el cual es como una especie de matriz donde se conecta el pensamiento individual con todo LO QUE ES. Las angustias y apegos del temeroso ego no obstaculizarán el suave avance hacia el resultado.

Lo cierto es que ninguna de las oscuridades de lamente es pesado. Hay que recordar siempre que Dios no juzga, sólo la mente lo hace. Lo que Dios desea es que se cumplan todos los mayores anhelos de cada persona; ese es nuestro estado natural como creadores de nuestra propia realidad.

PROTECCIÓN DE LUZ

Visualizar una luz blanca y brillante alrededor de tu cuerpo.
Ya sabes que la Luz protege de todo lo oscuro e imperfecto; su poder es enorme. Basta con este estado de conciencia acerca de la luz, pero puede añadir un decreto, calificando la Luz Protectora como el Manto Electrónico de la Divina Presencia, el cual defiende y cobija como una madre a sus seres queridos.

Decreto:

ME ENVUELVO EN EL MANTO ELECTRÓNICO DE LA DIVINA PRESENCIA, EL CUAL ME AÍSLA Y PROTEGE DE TODO LO QUE NO SEA LA PERFECCIÓN. CIERRO LAS PUERTAS DE MI AURA Y DEL ASTRAL A LAS CREACIONES HUMANAS INARMONIOSAS Y A CUALQUIER PERTURBACIÓN DE PLANOS INFERIORES.

Se forma entonces, como un campo magnético de energía radiante, muy beneficioso.

Si no te es posible visualizar la Luz con claridad, simplemente lo pienses con sentimiento y fe.

VEINTICINCO CONSEJOS DE UN NIÑO A SUS PADRES PARA QUE LO EDUQUEN MEJOR

Queridos Papá y Mamá:

Ustedes saben que yo vivo pidiendo cosas. A veces son cosas tontas. Otras veces egoístas. En esta carta, les pido que me escuchen. Cuando estoy frente a ustedes he querido decir esto tantas veces y nunca me he atrevido. Ahora lo hago. Y estoy seguro de que ustedes sabrán entenderme. Si ustedes hacen casos de lo que les pido en esta carta, podremos lograr juntos un mejor ambiente de crecimiento para todos. Por favor, no boten esta carta, guárdenla. Y todas las veces que se sientan confundidos por la manera en que yo me comporto, léanla de nuevo. En ella encontrará la manera de comprenderme y la forma de tratarme. Yo sé que ustedes me quieren y desean lo mejor para mí. Yo también los quiero mucho.

1) No me consientan, yo sé muy bien que no puedo tener todo lo que pido. Sólo los estoy probando.
2) No tengan miedo de ser firmes conmigo. Yo lo prefiero, porque me hace sentir más seguro.
3) No utilicen la fuerza conmigo. Eso me enseña que sólo es el poder lo que cuenta.
4) No sean inconsistentes. Eso me confunde y me hace tratar de salirme siempre "con la mía".
5) No hagan promesas por salir de mí. Recuerden que me siento muy mal cuando no las cumplen.
6) No les hagan caso a mis provocaciones, a lo que diga o haga para molestarlos, ello me animaría a tratar de lograr más "éxitos" de esa índole.
7) No se alteren demasiado cuando digo que no les quiero. No lo siento así, pero deseo que se arrepientan por algo que me han hecho.
8) No hagan por mí lo que yo puedo hacer solo. Eso me hace sentir como un bebé, además de que así los ataría a mí.
9) no dejen que mis malos hábitos sean los que llamen su atención. Ello sólo me alienta a repetirlos.
10) No me corrijan delante de otras personas. Yo les haré más caso si hablamos a solas tranquilamente.
11) No traten de discutir sobre mi conducta en medio de un problema. Por alguna razón dejo de oír bien y mi cooperación se vuelve aún peor. Estoy de acuerdo en que se tomen las medidas necesarias, pero no vamos a hablar de ello hasta más tarde.
12) NO me hagan sentir que mis errores son pecados; yo tengo que aprender a no sentir que soy malo cuando cometo errores.
13) No me regañen constantemente, yo tendría que protegerme haciéndome el sordo.
14) No me pidan largas explicaciones por mi mala conducta. Yo realmente no sé por qué lo hice.
15) No pongan demasiado a prueba mi honradez. Me asusto fácilmente y me pongo a decir mentiras.
16) No se olviden que me gusta experimentar, así es como yo aprendo.
17) No me protejan de las consecuencias, yo necesito aprender a través de las experiencias.
18) No hagan mucho caso de mis pequeños malestares. Es posible que yo aprenda a disfrutar el tener poca salud si ello me procura más su atención.
19) NO me aparten cuando hago honestamente mis preguntas. Si lo hacen ustedes verán que dejaré de preguntarles y buscaré mi información en otra parte.
20) No contesten mis preguntas tontas o sin sentido. Sólo quiero que se ocupen de mí.
21) Nunca me sugieran ustedes que son perfectos e infalibles. Sufro un golpe demasiado duro cuando descubro que no son ni lo uno ni lo otro.
22) No se preocupen por el poco tiempo que pasamos juntos, todo depende de cómo lo pasamos.
23) No dejen que mis temores aviven sus ansiedades, de esa manera aumentan mi miedo. Muéstrenme que son valientes.
24) Recuerden que no puedo crecer sin una gran dosis de comprensión y estímulo. Pero no necesito decírselos ¿verdad?
25) Trátenme de la forma como tratan a sus amigos, así yo también seré su amigo. Recuerden que yo aprendo más de un modelo que de una crítica.
Los quiere
Su hijo

CUENTO - LA RIQUEZA

Cuentan de un hombre que en tiempos fue rico y que debido a su soberbia perdió cuando tenía, pues no midió el alcance de sus actos.
Un día, paseando, mientras iba tratando de distraer su mente para adaptarse a su nueva situación de asalariado, se encontró con una bolsa de dinero; moneda de oro que le convertían, de nuevo, en un hombre rico.
Se puso muy contento y pensó que no cometería los mismos errores que la otra vez. Así fue durante un tiempo haciendo feliz a cuantos le rodeaban y siendo su vida alegre y exenta de soberbia.

Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresa.
Él nunca pensó en quién habría podido perder el saco de monedas y, aunque ese pensamiento no ocupaba su mente, interiormente estaba preocupado por si aparecía su propietario.

Una noche soñó con el anterior dueño de las monedas y fue tan vívido el sueño que, al despertar, pensó que iba a aparecer y llevarse el dinero. Su carácter cambió. Se hizo huraño, intransigente y veía fantasmas por todas partes.
Su carácter le fue dejando sin amigos y, un día, se puso a tirar el dinero porque creía que el anterior dueño estaba fuera esperando recogerlo.

Volvió a ser pobre y esta vez amargado, sobre todo cuando supo que el anterior dueño había muerto el mismo día que Él encontró la bolsa.

Moraleja: Mirad lo que tenéis y no os creéis fantasmas que rompan vuestra felicidad, porque sería, como poco, estúpido.

domingo, 11 de octubre de 2009

http://alexiis-metafisica.blogspot.com.ar/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario