lunes, 12 de septiembre de 2016

EL DESAPEGO Y EL VUELO DE LA MARIPOSA. Por Alexiis.


Es domingo, son las seis de la mañana, lo menos que pensaba hacer es sentarme a escribir, pensaba quedar descansando un buen rato más, pero también he aprendido que cuando algo anda rondando mi mente tengo que volcarlo a palabras, o a grabarlo, en ese momento ya que si lo pospongo para más tarde, no puedo recuperar el rico caudal que tenía en el momento presente.

Esta madrugada, digo así porque todavía está prácticamente oscuro, me he dado cuenta que mi gran rechazo a irme de mi casa en Buenos Aires, para vivir en Bariloche, era debido al hecho que tenía que deshacerme de la mayor parte de mis cosas.

Cuando hace más de diez años falleció mi esposo me he quedado en una casa que prácticamente es demasiado grande para una persona sola. Por supuesto en su momento he considerado el irme, pero no encontré nada cercano que cubriría mis deseos y necesidades, una de las cuales era en su momento no alejarme demasiado de donde vivía, para no perder el contacto con mis alumnas, que en ese momento por suerte eran muchas.

Para ser honesta, en el momento del fallecimiento de mi esposo (en febrero del 1998) yo daba 30 horas semanales de clases y gracias a ello y a mi muy reciente encuentro con la espiritualidad, pude sobrellevar todo con mayor facilidad. Me volqué de pleno a lo que era el dar clases, y recién como un año y pico después hice el estudio de 2 años para ser Terapeuta de Vidas Pasadas.

Ya en ese momento comenzó a disminuir el caudal de alumnos, cosa que me venía bien porque el estudio me ocupaba de pleno.

Me doy cuenta que estoy relatando un poco mi vida hasta llegar al momento presente, pero no importa ya que desde que escribía los dos libros he adquirido la costumbre de volcar en palabras lo que siento y experimento, y de compartirlo por si a alguien le sirve de orientación.

Nunca más tuve tal caudal de alumnos, pero comenzaron los pacientes y luego en marzo del 2001 comencé con los grupos, que en un tiempo fueron 3 por semana, pero ahora sigo con uno por semana.

Al haber sido secretaria en mi vida profesional, para mi el escribir a máquina era lo más común y de alguna forma no quise pasar a computadora, ya que todas mis clases estaban preparadas a máquina y no tenía uso para una computadora.

Y aquí viene otro pero, yo tenía una biblioteca muy grande de todo tipo de autores desde autoayuda, hasta Ovnis, etc., en fin todo lo relacionado con el avance espiritual. Sin embargo, cuando comencé lo de los grupos me dí cuenta que las enseñanzas de los libros no eran las cosas actuales del día a día, por lo que al final no me quedó otra que pasar a la computación. Nunca creí que esto se iba a desarrollar de la forma en la que ahora es mi actividad principal.

En mi vida de trabajo he sido traductora, pero todo ello lo he dejado prácticamente por ahí en el año 1965, haciendo solamente durante un tiempo un trabajo de secretaria por hora. Digamos el escribir a máquina nunca lo he dejado porque las clases de mis cursos están todas escritas a máquina, pero ahora al pasar a la computadora se me comenzó a abrir un mundo totalmente nuevo.

Me doy cuenta que aparentemente soy conservadora y me cuesta meter en algo nuevo y de esto se trata con todo este escrito.

Cuando comencé a bajar la información diaria también he visto la enorme que hacía alguien que traduzca y como una bendición del cielo me percaté de que no había perdido ni la velocidad de escribir y tampoco la de traducir, por lo que nuevamente me metí en esto de lleno. Así siguieron mis años y mi vida hasta ahora.

Por supuesto he aprendido todo lo relacionado con el desapego, pero sinceramente parece que no lo he aplicado a mi misma. Cuando me enteraba que personas como Karen Bishop, Nancy Tate, Pepper Lewis, etc. dejaban sus hogares para irse a vivir a otro lado porque algo les instaba a hacer esa movida, siempre me pareció fabuloso, pensando que bueno son personas más jóvenes.

Tal como mencioné en mi escrito de ayer, en su momento dado uno de los Maestros me indicó que ni se me ocurra querer irme de Buenos Aires. Para mí eso fue ley.

Cuando para Navidad mi hija por primera vez mencionó lo de irme de aquí y mudarme, mi rechazo fue categórico, y ahora me doy cuenta que empleé todas las excusas posibles, o sea, los Maestros no quieren que me mude – sin embargo no volví a consultar si eso seguía vigente – otra era que a un árbol viejo no se lo transplanta y fundamentalmente, ahora me doy cuenta de ello, la negación se basaba en tener que dejar una gran parte de lo que formaba mi entorno.

En este momento me doy cuenta que me he sentido envuelta como en un capullo, rodeada de todas las cosas que formaban mi vida de pareja, muchísimas de las cuales están pero no les doy uso. Lo que sí no me costaba desprenderme de cosas si mis hijas o mi nieta querían algo, y lo daba con gusto y amor.

Sin embargo, en este momento de la verdad, siento que he sido como una vieja que acapara cosas y a lo mejor se siente segura por tener a su alrededor un montón de cosas innecesarias para su vida.

Muchas veces he empleado el término ‘la mortaja no tiene bolsillos’ y por supuesto esto se refería a dinero, pero me cuestiono y ¿qué con las cosas que guardamos, simplemente por querer seguir teniéndolas?, no es esto también una forma de no querer soltar.

Es raro, esto me pasa desde que comencé el camino espiritual en el año 1991, que me siento a escribir y me fluyen los pensamientos y los análisis salen solos, a la velocidad de mis dedos, es como si algo interno me impulsa a escribir con rapidez para no perder el hilo.

Si yo ahora me mudo a Bariloche es una grandísima parte de lo que hoy en día son mis cosas, que no voy a poder llevar y es aquí donde entra el desapego, de lo que repentinamente esta madrugada me he dado cuenta.

Por supuesto voy a llevar todo el material con el cual trabajo – lo que es una forma de decir porque para mí lo que hago no es trabajo, sino mi pasión – o sea toda la biblioteca, computadora, etc., etc.

También se entiende que llevaré mi ropa y las cosas que preciso para mi uso personal, pero de lo que sí me tendré que deshacer son la mayor parte de mis muebles, que son especialmente grandes, y tantísimas cosas que componen una casa, la que en su momento era basada en una vida familiar de cuatro personas, mi esposo y mis dos hijas, con una vida social bastante activa, o sea invitados frecuentes y tantas cosas relacionadas.

Sin embargo, la idea que para Navidad me aterró ahora me parece casi como liberadora, porque tal como Yeshua indicó ayer en su mensaje, todo esto me da un nuevo impulso, en este momento me siento como la mariposa que sale del capullo y que espera emprender vuelo de un momento a otro.

Siento en mi interior como si algo que estuvo estancado durante mucho tiempo está comenzando a fluir, y es así no más, me veo enfrentada a una nueva etapa en la vida, cuando ya creía que aquí las cosas terminaban.

Sé que tengo que tener cuidado de no apurarme y hacer la movida con excesiva rapidez, por temor a equivocarme, pero en este momento siento que quiero levantar vuelo hacia nuevos horizontes.

Sé que los horizontes serán nuevos, pero no así la forma de conectarme con todos ustedes, para eso tengo que bendecir a Internet y a la computadora.

Mejor aún, los bendigo a todos ustedes que a lo largo de los años han llegado a ser mis amigos del otro lado de la pantalla, bendigo a todo el sistema de Internet, bendigo a la computadora, y más importante aún bendigo a mi Alma, mi Ser Superior, mi Espíritu y a todo lo que está relacionado con estar VIVA, ESTOY VIVA y siento un gran impulso de seguir adelante nuevamente.

Con todo mi amor, Alexiis
Publicado por Alexiis 11 de enero 2009
http://wayran.blogspot.com.ar/


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