lunes, 28 de marzo de 2016

El enojo, un regalo. Por Vivi Cervera.


El día de hoy escribo sobre ese enojo que no se aceptó y que se ha convertido en algo que nos rescata cada vez que tiene lugar un suceso que nos duele e incomoda.

El enojo, la ira o la rabia, está precedida por varios aspectos como por ejemplo:

El saber que desde tu infancia se te enseñó que enojarse significaba tres cosas:

1. Irrespeto a tus padres
2. Una grave ofensa a Dios, quien tardaría siglos en perdonarte (si es que no se arrepentía y te mandaba antes al infierno)
3. Significaba que eras mal@.

Tal vez fue así como de ser una niña o un niño que ocasionalmente estaba molest@ por las situaciones de la vida, pasaste a ser una mujer o un hombre que parece una olla a presión que en cualquier momento  y por cualquier cosa estalla.

Ese estallido es una de las formas que tiene el inconsciente para liberar enojo. Por eso no está mal. Al contrario, hay que brincar de gozo cuando se está consciente de esto.

Cuando alguien me pregunta: ¿Cómo hacen las personas que escriben de manera tan motivante? ¿Cómo hacen para estar siempre bien?. Entonces yo respondo:
Aceptación. Para cada instante como es.
No hay más en realidad.

En mi caso, desde que supe que cada episodio de enojo era un regalo, normalmente estoy consciente de él, y lo agradezco. Le digo... gracias por venir, me hacías falta. Y sonrío. Me doy cuenta de que en la actualidad, para mí, sentir el enojo es una muestra más de amor propio, que es validar aquello que tuvo que quedarse atrapado alguna vez, por creencias que caducaron.

Y sinceramente, algo así, que te permite ser una mejor persona, no tiene precio.

Eso hacemos, considero yo, las personas que hemos aprendido a motivar, motivándonos. O que comprendemos que motivar a alguien más, es hacerlo con nosotros mismos.

Gracias por leerme.
http://news.vivicervera.com/



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