sábado, 5 de julio de 2014

Las últimas 24 hs. de Amanda... antes de la transformación. Parte I



Hola Amados!!!!

Hoy les comparto una historia, que quizás tenga algún punto de coincidencia con la realidad… ustedes seguramente la sentirán desde el corazón, descubriendo donde está anclada en la realidad y donde en la “imaginación”.

Primer parte de la historia de Amanda y su Transfomación…



 Amanda, dormía como casi todas las noches, cansada del trajín del día anterior… pero  esta vez, se despertó a la madrugada, miró su reloj… eran las 03,06 hs a.m.

Cerró los ojos para tratar de conciliar el sueño…

Como de la nada, le llegó una corriente de energía con un mensaje…

“ A partir de este instante tienes 24 hs…antes de la transformación.”

Sorprendida, por el anuncio, abrió los ojos… tratando de bucear en su interior, de dónde surgía ese mensaje…

Finalmente sintió que más allá de intentar descubrir el origen del mismo, era más creativo comenzar a tratar de imaginar, cuál sería la transformación…

Serían las últimas horas de su vida terrena????

Se produciría un cambio radical y lo que hoy le parecía agotador y rutinario,  se transformaría en descanso enriquecedor???

 Tendría más tiempo para pintar cuadros de paisajes mágicos, amaneceres eternos, cielos infinitos, flores siempre frescas, ríos caudalosos, brisas de pétalos…

Amanda caminaba a diario entre dos mundos…

El rutinario, agotar, convencional de… hacer compras, limpiar, escuchar reclamos, buscar soluciones, cocinar y todo aquello que una mujer hace para que el día “rutinario” siga su curso eficazmente tanto para ella como para todos los involucrados.

El otro mundo de Amanda, era el de la pintura, había creado su propio atelier en la guardilla olvidada de la vieja casa colonial que había pertenecido a sus abuelos paternos, en ese pequeño cuarto,  estaba depositada la historia familiar, pero también estaban guardados sus mejores sueños,  sus mejores momentos de paz, su alegría infinita con los pinceles, los colores que mezclaba con tanta armonía y equilibrio, para después plasmarlos en bellos cuadros… que casi nadie en la casa conocía, pues… era, según su familia… “una pérdida de tiempo y dinero” y para sus amistades una “extravagancia.”

A pesar del escaso apoyo, Amanda, nunca dejaba de pintar sus mejores sueños, pues en ellos sentía que podía crear otra realidad.

Ella siempre decía que si cada ser humano dedicara unos instantes al día,  para crear un mundo diferente, sintiendo desde su corazón  todo lo más bello, más puro y más sublime para el alma, se haría realidad en el mismo momento que aparecía en nuestro pensamiento.

Así fue que, Amanda tejió cientos de posibilidades para esas próximas 24 hs que le habían otorgado antes de… una transformación, para ella desconocida.

Se quedó dormida, cuando sonó el despertador, como todos los días, lentamente y tratando de no hacer ruido, preparó el desayuno familiar…

Los fue despertando y...

Recibió los pedidos habituales de tostadas, no quemadas, más dulce y el té menos caliente.

Como si fuera "poco"...

Recibió el último reproche de la noche anterior, por su falta de atención hacia la familia…

También recibió el saludo de cada uno, cuando se iban a sus actividades diarias fuera del hogar, como siempre con destellos de amor y de “que suerte que estás para despedirnos y recibirnos cada día”…
Aunque nunca se lo decían, ella lo sentía desde su corazón, sin palabras, no las necesitaba, pues las sentía.

Amanda recogió todo… reproches, recomendaciones y hasta alguna advertencia que debía tener en cuenta para cuidar su vida… “como mira el semáforo cuando cruzas la calle” o “abrígate hace frío”…

Reproches, recomendaciones y advertencias las unió como un ramo de rosas, las perfumó y se las dejó al Sol de la mañana,  para que hiciera con ellas una guirnalda de estrellas puras y  luminosas…

Amanda vivía fuera del tiempo y de la realidad mundana… la TV le aburría, las novelas eran historias de desencuentros, pasiones y dolor, las charlas de mujeres en la peluquería eran los relatos reiterativos de novias abandonadas, amores prohibidos, esposos infieles y esposas de pasiones dormidas por la rutina y la costumbre…

 Ella solo sabía de amar y amaba con tanta pasión a la vida que lograba sentir hasta en los días más grises, la alegría de un sol juguetón en su corazón.

Pintaba su vida como un reflejo de su Luz interior, acariciaba el lienzo con tanta ternura pues lo sentía como una ofrenda que hacía todos los días a su Verdadero y único Creador… Dios.

Cuando se fueron todos y se quedó sola, nuevamente le llegó esa brisa con el mensaje  de las próximas 24 hs…

Entonces…

Si le quedaban solo 24 hs y ya eran las 8 hs de la mañana, en lo que restaba del día, qué debía hacer?…

Saldar deudas, perdonar  a todos aquellos que de alguna manera la habían hecho sentir herida, pero además debía perdonarse a sí misma por haberse olvidado, más de una vez de… SI MISMA!.

Rápidamente recorrió su vida… los gratos momentos vividos sola y acompañada…

Las crisis que siempre hicieron renacer en ella, los  tiernos retoños de luz…

Recordó las veces que amó con pasión, con ternura, con miedo, con dudas y en silencio…

Todo encajaba cada pieza como en un magistral cuadro, los grises con los azules, los rosas con los blancos, los verdes…con la fe sanadora.

Amanda se dijo a sí misma…

“Si este es mi último día y ya me quedan tan solo un par de  horas, pues que la alegría se encarne en cada palabra y la paz en cada pensamiento, que mi partida sea sin huellas de dolor, solo raíces de luz y desde ellas  que crezca el nuevo árbol de la vida, donde a su sombra puedan reunirse nidos de amor eterno y compasión infinita.”

Pero la vida le jugó otra partida, que ella no esperaba, pues en su último día antes de la transformación…

Tuvo que lidiar con los cotidianos desencuentros…

Las discusiones se sucedían como volcanes en plena erupción…
Ella  trataba de conducir ríos de lava, vientos de azufre, nubes de cenizas…

Todo parecía un juego extraño, donde debía mover las piezas con equilibrio, amor y mucha paciencia.

Cansada llegó a la cama para recostarse en su mejor sueño dentro de su Paz Interior…

Lentamente la noche la conducía a su transformación, le quedaban tan solo cuatro horas…

Apoyó la cabeza en la almohada, cerró los ojos y una mezcla de colores, espacios vacíos, texturas cósmicas, suaves caricias de pinceles multidimensionales… la transportó a otro tiempo, a otro espacio…



Continuará…

Con amor, Ashamel Lemagsa



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